lunes, 22 de diciembre de 2014

La Ciudad de las Marchas

Las casi continuas marchas de protesta en estos ultimos sexenios han provocado un cambio fundamental en la forma de ver la Ciudad de Mexico, mientras que los medios exageran sus efectos, con el unico fin de evitar que la gente exija sus derechos, en realidad han cambiado la forma en que se puede disfrutar la Ciudad de Mexico.

Para empezar, los que vienen a protestar, usualmente terminan haciendo una visita turistica a la ciudad, asi que no es raro que del Zocalo se pasen a la Villa de Guadalupe o a la Catedral o pasear por el Centro, es un tipo de turista diferente, pero cuya prescencia han aprovechado muy bien los vendedores de paletas, que acompañan a las marchas en todo su camino y hacen su agosto.

La mayoria de las protestas son pacificas, y nos permiten acceder a una ciudad diferente, con los automoviles circulando por otro lado o bloqueados, se puede volver a disfrutar, de caminar por la ciudad, y zonas del Centro y Reforma que usualmente estan saturadas de trafico, se pueden visitar, ver los monumentos de cerca en Reforma solo se puede hacer facilmente cuando hay una marcha, porque de lo contrario, el solo intentar cruzar la avenida para llegar a los pies del Angel se vuelve una refinada tecnica de suicidio.

Es posible fotografiar los monumentos y edificios sin la corriente continua de autos pasando, y desde lugares desde los que seria impracticable, ademas, con tantos policias custodiando las marchas, uno esta mas seguro de los carteristas, y puede usar sus voluminosas camaras para fotografiar todo.

Una recomendacion para los visitantes es que no restrinjan su visita por un solo dia, mas si vienen de muy lejos, un dia pueden hacer su marcha, y otro mas visitar los lugares mas bellos de la ciudad, hay hoteles muy baratos, y si mezclan su protesta con una peregrinacion a la Villa, pueden quedarse en el albergue para peregrinos.

Otra recomendacion, contraten el servicio de autobuses en buen estado, de preferencia de lineas de autobuses ya establecidas, los autobuses viejos de turismo son demasiado peligrosos, y no pocas veces mortales.